INTRODUCCIÓN:
Lo más normal es que todos creamos que somos lo que pensamos, de manera
que nuestra felicidad depende en buena medida, de nuestros pensamientos
ante lo que estamos viviendo e interpretando. En muchos casos esto nos
genera sufrimiento, miedo, ansiedad y estrés. Tenemos que darnos cuenta
de que la mente vive entre el pasado y el futuro, y muy pocas ocasiones
en el presente.
Vivimos en un mundo con continuas interrupciones, distracciones constantes,
cargados de información y comunicación, y esto nos agota física y mentalmente.
Nuestro cuerpo y cerebro no está preparado para tanto cambio rápido y brusco,
y podemos llegar fácilmente a caer en el colapso.
Nos olvidamos del contacto con la naturaleza, de cuáles son nuestros
sueños, de estrechar lazos más fuertes con la familia, con nuestros hijos,
con los amigos… de escuchar nuestro cuerpo, de disfrutar del silencio unos
instantes, de notar como el aire entra en nuestros pulmones y nos llena
de vida...